En este sentido, escandalizó a sus familiares y conocidos, cuando se opuso a que la Argentina le declarara la guerra a la Alemania nazi en 1945, sosteniendo que se realizaba por presión de Estados Unidos y que debía mantenerse neutral. Simultáneamente, en 1945, con 17 años, demostró un gran interés por la filosofía y comenzó a escribir su propio diccionario filosófico, mientras descubría la literatura social latinoamericana, con exponentes como Jorge Icaza y Miguel Ángel Asturias.